To read this story in English, click here.
Cuando se le preguntó a los católicos estadounidenses por cuál de los dos principales candidatos presidenciales de Estados Unidos —la vicepresidenta Kamala Harris o el expresidente Donald Trump— deberían votar, el papa Francisco ofreció una respuesta sombría.
“Ambos están en contra de la vida”, dijo Francisco en septiembre a bordo del avión papal, “ya sea el que expulsa a los inmigrantes o el que mata a los bebés”.
Trump, un republicano, ha hecho de la inmigración un elemento central de su campaña, mientras que Harris, una demócrata, ha basado la suya en la expansión y codificación del acceso al aborto.
Cuando se le preguntó a los católicos estadounidenses por cuál de los dos principales candidatos presidenciales de Estados Unidos —la vicepresidenta Kamala Harris o el expresidente Donald Trump— deberían votar, el papa Francisco ofreció una respuesta sombría.
“Ambos están en contra de la vida”, dijo Francisco en septiembre a bordo del avión papal, “ya sea el que expulsa a los inmigrantes o el que mata a los bebés”.
Trump, un republicano, ha hecho de la inmigración un elemento central de su campaña, mientras que Harris, una demócrata, ha basado la suya en la expansión y codificación del acceso al aborto.
“Siempre he considerado esta elección en particular”, dijo David Leo, de 58 años, del área de Murray-Holladay, “como una votación por el menor de dos males”.
Tampoco cree que esté solo.
“Como he sido una mosca en la pared y he escuchado muchas conversaciones”, observó, “creo que las declaraciones del Papa Francisco tocaron a muchos católicos” que luchan por sopesar el apoyo de Harris al acceso al aborto con el enfoque “virulento” de Trump hacia los inmigrantes y la inmigración.
Como resumió Stephanie Hoggan, una católica de 62 años que vive en Murray, “La Iglesia Católica no permite el aborto porque es similar a matar, y aboga por políticas de inmigración basadas en los derechos humanos y la dignidad”.
En este contexto, se podría argumentar que las declaraciones del Papa no son nada destacables. Excepto por esto: el hecho de que Francisco haya intervenido. Y también por esto: el peso aparentemente igual que el jesuita argentino pareció dar al aborto y a la inmigración.
¿Es el aborto el pecado más grande?
(Francisco Kjolseth | The Salt Lake Tribune) Catedral de la Magdalena en Salt Lake City en 2021. Los católicos de Utah están sopesando los problemas y a quién votar en las elecciones presidenciales de 2024.
Los papas anteriores han dado un amplio margen a los candidatos presidenciales de Estados Unidos, incluso cuando, en el caso del presidente Joe Biden, esa persona es católica. Mientras tanto, la teología católica clasifica el aborto por encima del abuso de los migrantes en términos de pecaminosidad, dijo Steven Millies, profesor de teología pública en la Unión Teológica Católica.
“Por otra parte, estrictamente hablando, en términos de teología moral, ninguno de los candidatos realiza un aborto y tampoco lo hace el votante”, continuó Millies, explicando que no veía la declaración como una especie de cambio en la creencia católica.
Sin embargo, Patty Bradley, residente de Sandy, se mostró agradecida por el encuadre, que consideró que tenía en cuenta el “panorama general” de la capacidad de una política para afectar a los hijos de Dios.
“Separar a los niños de sus padres en la frontera”, reflexionó la católica de 63 años, “es probablemente tan inmoral como la horrible y difícil decisión de alguien de interrumpir el embarazo”.
Al final, Millies no estaba convencida de que los comentarios del Papa vayan a tener mucho peso en las urnas.
“La idea de una voz moral que supere nuestro partidismo polarizado para cambiar el resultado de una elección parece irremediablemente anticuada en 2024”, dijo. “... Aquellos que ya estaban de acuerdo con él estarán de acuerdo con él. Aquellos que ya estaban en desacuerdo con él probablemente no están escuchando”.
Efectivamente, los católicos de Utah entrevistados para este artículo estuvieron de acuerdo en que la declaración del Papa no cambió su propia forma de pensar sobre las elecciones.
Más bien, su mayor importancia puede residir en reforzar para muchos de los seguidores de la fe una falta de vivienda política resaltada por los énfasis de esta elección y reflejada en las encuestas que muestran que el voto católico está dividido casi por igual entre Harris y Trump.
“La mayoría de los católicos ven la vida como un tejido sin costuras, que se extiende desde el momento de la concepción hasta el momento de la muerte”, dijo el abogado Michael O’Brien, un católico que representa a The Salt Lake Tribune en ocasiones en asuntos legales y escribe columnas invitadas frecuentes. “Los principales partidos políticos de hoy luchan por abordar ese tejido completo, y los políticos a menudo parecen centrarse en un lado de él con exclusión del otro”.
El resultado, dijo Héctor Mota, de 69 años, que vive en Poplar Grove, en el oeste de Salt Lake City, es “una gran división dentro de la Iglesia Católica”.
Parte (aunque no toda) de esta división se debe a cuestiones raciales. Según el Pew Research Center, aproximadamente el 60% de los católicos blancos apoya a Trump y el 40% a Harris. Esas cifras son opuestas en el caso de los católicos hispanos.
Otras cuestiones importantes
(Doug Mills | The New York Times) La vicepresidenta Kamala Harris habla mientras el expresidente Donald Trump observa durante el debate presidencial en el Centro Nacional de la Constitución en Filadelfia en septiembre de 2024. Los católicos de Utah están sopesando a quién apoyar para presidente este otoño.
Francis Lilly, de 45 años, de Salt Lake City, dijo que “los católicos de Utah están divididos”, ya que algunos priorizan el aborto y la libertad religiosa por sobre todas las cosas, mientras que otros consideran que una amplia gama de cuestiones, incluida la democracia y el cambio climático, son igualmente importantes.
“Nuestra fe”, dijo, “habla de todas estas preocupaciones”.
Entonces, ¿qué debe hacer un católico con conciencia cívica?
Identificar las cuestiones morales más graves y priorizarlas es un comienzo, dijo el padre John Evans, vicario general y moderador de la Curia de la Diócesis de Salt Lake City.
“Una conciencia bien formada mira más allá de sí misma hacia el bien mayor de la sociedad”, dijo Evans, “incluso a personas fuera de su religión porque todos somos hijos de Dios”.
El sacerdote también señaló el énfasis que algunos votantes ponen en la Corte Suprema y en jugar a largo plazo, como tantos lo hicieron antes de la revocación de Roe v. Wade (que puso fin al derecho constitucional al aborto), como una consideración válida al sopesar las opciones de uno.
Greg W., de 67 años, un residente de Holladay que pidió que no se revelara su nombre completo debido a las preocupaciones por las reacciones negativas en línea, estuvo de acuerdo en que Trump no ha logrado “mostrar muchos rasgos cristianos como la misericordia y la bondad ante el problema de la inmigración”. Sin embargo, dijo, el expresidente “recibe crédito por la revocación de Roe v. Wade, que es una prioridad fundamental para mí”.
Por su parte, Hoggan mira más allá de la dicotomía de inmigración versus aborto para tomar su decisión. Los factores que está sopesando abarcan desde cuestiones de la mesa de la cocina como la inflación y la atención médica hasta el medio ambiente, el control de armas e incluso la inteligencia artificial, “por nombrar algunos”.
Lo mismo ocurre con Bradley, quien también mencionó el control de armas, además de su oposición a la pena capital, como razones para apoyar a Harris, aunque estuvo de acuerdo con el Papa en que estaba eligiendo entre “el menor de dos males”.
Mota dijo que busca orientación en la Biblia y, específicamente, en la definición de amor que se encuentra en 1 Corintios 13.
“Busco a la persona que no menosprecia a sus semejantes”, dijo, una prueba en la que cree que Trump no pasa.
Independientemente de la decisión que se tome, dijo Evans, el compromiso cívico no debería terminar con la votación.
“Si realmente estoy comprometido con esto, intentaré cambiar la parte que no me gusta”, dijo. “Voy a trabajar por algo mejor allí”.
Traducción por Elias Cunningham.
